Bacalao frito con patatas panadera y crema de pimientos
El bacalao como pescado blanco que es, tiene bajo contenido en grasas y una buena cantidad de vitaminas y minerales. Pero a mi parecer lo que le hace ser estupendo es, que al estar conservado con sal, lo tenemos disponible en cualquier momento en nuestras casas.
Cualquiera de sus preparaciones son fáciles y sabrosas, solo hay que tener cuidado a la hora de desalarlo. Aunque hoy en día es sencillo encontrar en cualquier supermercado bacalao ya desalado y es un recurso eficaz para las prisas, a mi personalmente, cuando dispongo de tiempo prefiero desalarlo yo, la consistencia y el sabor cambian lo suficiente como para que merezca la pena.
Para desalarlo en su punto hay que tener en cuenta el tamaño y grosor de los trozos.
En un tamaño mediano necesitaran 48 horas, con 3 o 4 cambios de agua, esto nos obliga un poco a ser previsores. Esta va a ser la única dificultad de la receta.
Esta preparación es sencilla aunque pueda parecer lo contrario. Los pescados a menudo, cuanto menos elaborados más ricos están.
Preparación: 45 minutos (más el tiempo de desalado)
Ingredientes por persona:
1 buen lomo de bacalao
1 patata mediana
2 pimientos del piquillo
1 chorrito de nata liquida
aceite, perejil
1 cucharada de harina
- El primer paso va a ser desalar el bacalao si es que no lo hemos comprado ya así.
- En una cazuela o bol grande ponemos los trozos de bacalao una vez lavados para retirar bien toda la sal exterior.
- Lo tendremos así durante 2 días completos cambiando el agua cada 12 horas aproximadamente.
- Si los trozos son muy gruesos harán falta otras 12 horas extra para que quede en su punto.
- Si hace calor es mejor mantenerlo en el frigorífico para que no fermente.
- Una vez desalado y antes de cocinarlo, lo escurrimos bien y secamos ligeramente con papel de cocina.
- Cortamos las patatas una vez peladas y lavadas, con una mandolina, si es posible, en rodajas no muy gruesas (ver foto) para que queden todas de igual grosor, si no tenéis se puede hacer con el cuchillo y un poco de paciencia.
- En una sartén amplia ponemos aceite de oliva y a fuego lento cocinamos las patatas. Tienen que quedar como si estuvieran "cocidas en aceite" y eso se consigue poniendo el fuego suave para que se hagan por dentro despacio sin tostarse por fuera.
- Cuando las patatas estén listas las retiramos, escurrimos bien y salamos ligeramente.
- Pasamos el bacalao por harina y lo freímos también con calma y suavemente en la sartén, para que se cocine bien por dentro y luego las láminas de bacalao se desprendan, dejándolo tierno y jugoso.
- Mientras, ponemos los pimientos de piquillo en el vaso de la batidora junto con un par de cucharadas del jugo en el que vienen embotados y un par de cucharadas de nata líquida, batimos hasta conseguir una crema espesa.
- Ahora solo queda montar los platos. Primero una cama de patatas bien colocada (no seáis chapuceros y las pongáis de cualquier manera, que también se come con los ojos ¿ok?)
- Sobre las patatas el bacalao y alrededor un buen chorrito de crema de pimientos.
- Para rematar el plato tanto a la vista como al paladar nada mejor que un poco de aceite con perejil bien picado.
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