Pollo asado con ras al hanout y otras lindezas



El pollo que en tiempo de nuestros abuelos y de nuestros padres era un lujo para días de fiesta, hoy en día se ha convertido en una de las carnes más consumidas.
Tiene muchas ventajas, es una carne limpia, fácil de preparar, versátil, ya que admite un montón de preparaciones y para mi gusto muy rica y fácil de digerir.
Y aunque el  pollo asado parece que se prepara un día de fiesta para sacarlo del horno y comer recién hecho, que es como mejor está, a mi me resulta muy útil hacerlo cualquier día entre semana y dejarlo una vez frío y cortado, en la nevera, para comer al día siguiente, al volver de trabajar.

Lo único que hay que tener en cuenta al hacerlo así, es que no se le pueden poner patatas como guarnición en el asado, porque se quedan como pedruscos por la noche, deben de tener problemas nocturnos 😆. Por eso suelo asarlos con medios tomates que le dan mucha jugosidad y están estupendos.
Preparación: 1 hora y 15 minutos para un pollo de 1,500 gr aproximadamente
Ingredientes:
1 cta de ras al hanout
3 ajos
2 guindillas rojas frescas (un poco de pimiento en su defecto)
un puñado de perejil
sal y pimienta al gusto
3 cucharadas de aceite y 2 más para la bandeja
1 cucharadita de orégano
3 o 4 tomates
ah!! y el pollo claro
  • Lo primero de todo a mi me gusta chamuscar bien la piel del pollo. Así no queda ningún resto de pluma, y le deja un sabor super rico al asado.
  • Pon a calentar el horno a 220º.
  • Con ayuda de una espátula de silicona o con un cuchillo de punta redondeada separa la piel de la carne para luego introducir parte del picadillo. Este paso no es imprescindible pero si aconsejable.

  •  En la picadora mete el resto de ingredientes y forma una pasta con ellos. 
  •  Con cuidado de no romper mucho la piel, introduce pequeñas cantidades de este picadillo entre la piel y la carne. Si te resulta complicado simplemente embadurna por fuera y listo.
  • En todo caso lo que sobre de esta mezcla ponla por encima de la piel y coloca el pollo en una bandeja para asar donde habrás puesto un par de cucharadas de aceite de oliva virgen.
  • Parte los tomates a la mitad, colocalos en la bandeja del horno y añádeles sal, pimienta, una pizca de orégano y un chorrín de aceite de oliva virgen.
  • Mete la bandeja en el horno y asa durante unos 40 minutos.
  • Pasado este tiempo dale la vuelta al pollo para que se dore por el otro lado. Comprueba que la bandeja no se quede seca, el pollo habrá soltado algo de jugo pero a menudo se evapora gran cantidad, si ves que está quedándose sin juguillo añade un poco de agua.
  • Deja asar de nuevo durante otros 15 o 20 minutos.
  • Pasado este tiempo saca el pollo y haz un corte entre la pechuga y el muslo, así podrás comprobar si está bien hecho por dentro. El jugo que sale debe ser transparente y la carne que dejes al descubierto tener el color blanquecino característico del pollo asado.
Recién hecho está super bueno, pero si lo conservas para el día siguiente no tiene nada que criticar.

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