Guacamole


Empecé comiendo guacamole hace ya bastantes años. Aprovechaba cuando iba a Madrid y lo compraba preparado en alguno de los supermercados, que entonces lo vendían en la zona de verduras. Era casi un ritual cuando volvía al hotel cansada del curso que había ido a hacer, pasaba por el súper  y compraba una tarrina de guacamole y una bolsa de nachos y algo de salmón ahumado (otra de mis debilidades), y me lo comía encantada, viendo la tele antes de caer rendida en la cama.
Con el tiempo se fue extendiendo la venta y pude comprarlo en otros sitios sin necesidad de irme tan lejos.

Pero es curioso que no se me hubiese ocurrido hacerlo, hasta que un día mi madre se enteró de que comía guacamole de bote ¡Por favor! ¡Qué barbaridad! Así que le faltó tiempo para mandarme la receta. 
Desde ese momento el guacamole pasa por mi casa muy a menudo.
Muchas gracias mami.:-)
Esta receta es fácil, rápida y riquísima, además el aguacate tiene muchas propiedades, es rico en ácido oleico y ácido fólico, fibra y vitamina D, C y E. Ayuda a regular la glucosa en sangre y el colesterol.
La receta original que me dio mi madre, ha ido evolucionando un poco y aunque seguro que hay muchas otras estupendas recetas de guacamole, la que tomamos en casa ahora es esta:

Ingredientes:
1 aguacate maduro
1/2 cebolleta fresca
1/2 limón pequeño
1 tomate pequeño maduro
1 cta de las de café de comino molido
Sal
Tabasco
Nachos para acompañar
  •  Troceamos la cebolleta finamente, y la ponemos en un plato con el zumo de 1/2 limón y una pizca de sal. La dejamos reposar 5 minutos.
  • Sacamos la carne del aguacate y la troceamos burdamente.
  • Echamos el aguacate en el plato junto con la cebolla y con un tenedor aplastamos y mezclamos un poco.

  • Rallamos la pulpa de tomate sobre el aguacate.
  • Añadimos unas gotas de tabasco (a nosotros nos gusta alegre, pero si no os gusta mucho el picante echadle poquito) (Otras recetas sustituyen el tabasco por jalapeños, lo que hace esta receta mucho más auténtica, pero no me resulta fácil encontrarlos).
  • Añadimos una cucharilla de las de café llena de comino molido. Parece mucho pero os aseguro que es lo que le da el punto perfecto.

  • Conservar en el frigo hasta el momento de comerlo, pero es mejor no dejarlo mucho tiempo porque pierde aroma y color.
  • Servir con los nachos y, a disfrutar hasta la última gota.

Nota: el limón en esta receta tiene tres funciones estupendas.
1º Conserva el color del aguacate evitando que se oxide.
2º Neutraliza esa manía que tiene la cebolla de indigestarse (ayuda a eliminar los líquidos azufrados que contiene la cebolla, y que son los responsables de que repita y nos deje mal aliento).
3º Le da el toque ácido que necesita el guacamole.
Esta receta es apta para alérgicos, ya que no contiene huevo, y los nachos que lo acompañan son de maíz, libre de gluten.

Comentarios

  1. Si señora!, así si que si!, está buenísimo, para mi el comino le da un puntazo. Carmen muchas felicidades por tu blog, sigue instruyéndonos por favor!.

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  2. Me alegra mucho que te haya gustado. Gracias Isabel.

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