Patatas a la riojana


La patata, ese maravilloso tubérculo que se cultivaba antes del año 5000 a.c en el sur de los Andes y que llegó a Europa con el descubrimiento de América, es uno de los alimentos que no puede faltar en una cocina.
Al principio se cultivaba como rareza botánica. Al parecer fueron los irlandeses los primeros que comenzaron a cultivarla de manera más extensa y utilizarla como alimento a principios del siglo XVII. Hoy en día es un alimento básico en todo Europa.
Cada país, y cada zona tiene sus propias recetas, todas diferentes y deliciosas. Aquí, donde yo vivo, las patatas a la riojana junto con la purrusalda y el marmitako, son uno de los platos más típicos y los que más a menudo se hacen, en toda cocina que se precie.
Reconozco que me gustan tanto los patatas que bien podía haber sido alavesa (a los que llaman patateros, por la cantidad y calidad de las patatas que producen y por lo que les gusta), o irlandesa, ya que la cantidad de platos que preparan con este tubérculo es impresionante, (aunque habría tenido problemas con el idioma).
Y me gustan en cualquiera de sus formas, pero en invierno, guisadas con lo que sea, bien calientes, son el mejor invento del mundo para reconfortar el cuerpo.

Ingredientes para 4 personas:

6 patatas
1 pimiento verde grande
1 cebolla
un puñadito de hojas de perejil
sal 
1 cta de carne de pimiento choricero ( o 2 pimientos choriceros)
1/2 longaniza buena (yo pongo de la picante) o 2 choricillos
6 cucharadas de aceite de oliva virgen
1/4 cta de pimentón, esto es opcional, pero le da el punto perfecto a la patata y a la salsa ( se me ha olvidado incluirlo en la foto) :(

  • Pelamos las patatas, las lavamos bien, y pelamos la cebolla.
  • Lavamos el pimiento y le quitamos las pepitas.
  • Picamos la cebolla y el pimiento finamente (pero sin complicarnos mucho la vida, que este no es un plato de finolis)
  • Cortamos las patatas, chascándolas. Qué quiere decir esto, pues que cortamos parte del trozo de la patata y el otro trozo lo arrancamos, que suene como a roto , entre un crack y un chask. Los trozos tienen que ser de un tamaño cómodo para meter en la cuchara y en la boca de un bocado. Ni tan grandes que tengamos que partirlas antes de comerlas, ni tan pequeñas que se nos desagan al cocinarlas.
  • Cortamos los chorizos en rodajas gruesas, y picamos el perejil.
  • Ya tenemos todos los ingredientes listos, en esto como mucho, si somos un poco rápidos, habremos tardado unos 10 minutos.
  • Ahora manos a la obra. 
  • Ponemos en una cazuela ancha el aceite, cuando esté caliente añadimos la cebolla y el pimiento.
  • Le damos unas vueltas a fuego vivo, y cuando esté un poco pochado (se va quedando como transparente), antes de que empiecen a coger color, añadimos el chorizo. 
  • Medio minuto después añadimos las patatas y les damos unas vueltas.
  • Un minuto más tarde, es el momento de echar la carne del pimiento choricero y el pimentón y luego el agua, hasta que cubra las patatas (yo prefiero echarla caliente). (No hay que ahogarlas solo taparlas).
  • Echamos un poco de sal y esperamos a que arranque el hervor.
  • Dejarlas cocer a fuego suave durante aproximadamente 20 minutos, (el tiempo de cocción dependerá del tamaño de los trozos de patata).
  • En el último momento echamos el perejil picado.
  • Solo nos queda ir poniendo la mesa para asaltar la cazuela en cuanto estén cocidas. Pero cuidado con ellas, en cuanto te descuidas te quemas la lengua.

 Deliciosas, ¿a qué si?. Pues no os privéis de esta maravilla. Ñam

Nota: Yo utilizo la carne de pimiento choricero en bote, porque lo uso a menudo y me resulta cómodo. Si utilizáis pimientos choriceros secos, para poder sacar su carne, hay que ponerlos en remojo con agua templada, y cuando estén ablandados separar la carne de la piel con la punta de un cuchillo afilado.
Mucha gente añade además una hoja de laurel. Si os gusta mucho añadídselo.


Comentarios

  1. Muy ricas Carme!!no soy muy patatera pero estas tienen los truquillos que me recuerdan sabores del pueblo

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    1. Qué bueno es que los sabores nos lleven a nuestros recuerdos más tiernos de la infancia, verdad? A mi estas patatas me llevan a casa de mi madre cuando era niña. Una delicia. Disfrútalas.

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