Tarta de queso sin horno
La tarta de queso es una de las recetas de tartas más solicitadas. La variedad de recetas es increíble, pero no todas gustan por igual. Cada uno tiene su favorita.
Esta es la primera que aprendí a hacer, y una de las que más gusta a mis hijas, aunque a ellas les gusta sin la base de galleta. No saben lo que se pierden, ya que la base de galleta da el contraste perfecto a la tarta para equilibrar el dulce de la crema y la mermelada y la textura del queso.
Pero como sobre gustos no hay nada escrito pues... cuando la preparo para ellas especialmente, no le pongo galleta y cuando la hago, como en esta ocasión para el 19 cumpleaños de una persona muy especial y que le encanta con galleta pues lleva una buena base de galletas digestive.
Pero como sobre gustos no hay nada escrito pues... cuando la preparo para ellas especialmente, no le pongo galleta y cuando la hago, como en esta ocasión para el 19 cumpleaños de una persona muy especial y que le encanta con galleta pues lleva una buena base de galletas digestive.
En cualquiera de las dos versiones esta tarta está deliciosa, y tiene una gran ventaja, y es que se hace muy rápido y solo necesita unas horas de refrigeración.
Ingredientes para 6 raciones aproximadamente:
1 tarrina de crema de queso ( yo uso philadelphia)
1 sobre de gelatina sabor limón
1 brik de nata para montar pequeño
8 galletas tipo digestive
40 gr de mantequilla (si quedan partes muy secas se puede añadir un poco más)
250 ml de agua
mermelada de fresa (pincha aquí) o cualquier otra que os guste
- En primer lugar molemos las galletas, se puede hacer en una picadora o procesador de alimentos o simplemente machacarlas con un rodillo después de introducirlas en una bolsa de plástico.
- En un molde de aro desmontable (para esta cantidad de unos 18 cm) ponemos un papel de horno en el fondo y un echamos la galleta molida.
- Fundimos la mantequilla y mezclamos con las galletas para hacer una capa homogénea en el fondo del molde. Podemos aplastar con una cuchara para pegarlo bien al fondo y si os gusta un poco por los bordes.
- Metemos en el frigorífico para que se enfríe y coja consistencia y mientras preparamos la crema.
- En un bol batimos la nata para montar hasta que este un poco espesa. Hay que tener cuidado ya que si se bate demasiado se nos puede convertir en mantequilla.
- Añadimos el queso y volvemos a batir.
- En un cazo calentamos el agua y cuando hierva se apaga el fuego y añadimos el sobre de gelatina de limón. Revolver hasta que esté completamente disuelto y echar sobre la mezcla de queso y nata.
- Volvemos a batir para que queden todos los ingredientes bien incorporados.
- Ponemos toda la mezcla en el molde donde tenemos la base de galleta y dejar enfriar, preferiblemente de un día para otro, pero al menos 4 horas.
- A la hora de servir poner una capa de mermelada al gusto.
- Se puede servir en vasitos individuales. En este caso yo no les he puesto galleta pero se le puede poner igual que en el molde grande.
Nota: Para la tarta de la foto la receta está multiplicada por tres. Es un molde de 28 cm. Y en vez de poner la mermelada sin más la he calentado y he disuelto una hoja de gelatina para que cuando se enfríe queda bien fijada en la tarta. Además la he decorado con unas rodajas de fresa fresca. Al final el resultado es este, una hermosa tarta para unas 18 raciones generosas.
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