El mejor tiramisú del mundo

¿Habéis probado esta maravilla de la cocina italiana? Pero no me refiero al que venden envasado, ni al que ponen en algunos restaurantes que lo llaman tiramisú y luego no se parece ni en su sombra, si no a la delicada mezcla de bizcocho y crema, con sutil sabor a café y chocolate.

Pues si no lo habéis probado está es vuestra oportunidad, aunque os aviso que crea adicción. Porque es tan rico que no se te olvida fácilmente.
Preparación: 30 minutos y 8 horas de reposo
Ingredientes (para una bandeja de   20 por 30 cm aproximadamente, más o menos 8 raciones)
2 huevos
50 gr de azúcar
30 bizcochos de espuma o soletilla (OJO es muy importante que no tengan aroma de limón)
125 ml de nata para montar
250 gr de queso mascarpone
1 taza de café cargado
2 cucharadas de cacao en polvo 
1 pizca de sal
  • Separamos las yemas y las claras. Las claras las vamos montando a punto de nieve con la pizca de sal, y las yemas las batimos a fondo con el azúcar hasta que blanqueen.
  • Una vez batidas las yemas le añadimos el queso y mezclamos bien hasta que quede una crema uniforme.
  • Ahora le toca el turno a la nata, que la tendremos bien fría, para que monte mejor.
  • Una vez montada la nata la agregamos a la mezcla anterior con movimientos envolventes para que no se nos baje la textura.
  • Y por último lo mezclamos con las claras a punto de nieve, también con mucha suavidad y ayuda de una espátula.
  • Ponemos el café en un plato hondo ( si no hay niños podemos añadirle una copita de ron) y vamos mojando los bizcochos ligeramente y colocándoles en  la fuente. Hay que tener cuidado al mojarlos para que no se empapen en exceso, son bastante absorbentes y si nos descuidamos quedarán hechos una papa y deben quedar húmedos por fuera y tersos por dentro.
  • Los colocaremos hasta cubrir el fondo de la bandeja y una vez hecho esto les pondremos una buena capa de la crema que hemos preparado, repartiéndola por toda la superficie.

  • Ponemos otra capa de bizcochos humedecidos en el café y de nuevo otra de crema, terminando ya con lo que nos queda.
  • Una vez extendida toda la crema, podemos golpear un poco la bandeja contra la encimera para que se asiente bien y no queden zonas con aire. Con un par de veces es suficiente, que veo que os animáis demasiado.
  • Con un colador fino repartiremos por toda la superficie el cacao en polvo, lo tapamos con un papel plástico de cocina y al frigorífico durante toda la noche o al menos 8 horas.
  • Durante este tiempo los bizcochos terminan de coger la humedad necesaria directamente de la crema y el resultado es un pastel cremoso, ligero, de sabor suave y delicado y nada empalagoso, ya que apenas tiene azúcar, pero no por ello soso. En definitiva la locura servida en un plato.
  • Animo y a prepararlo.

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