Medias lunas caseras

 

El mundo de las masas tiene el poder de atrapar al que las prueba y me refiero no al que se las come, que también, si no al que las hace.
La magia de la harina con algún elemento líquido junto con la levadura y su infinidad de variantes es realmente fascinante o al menos a mi me lo parece y me tiene maravillada, la pena es que no puedo hacerlo tanto como me gustaría por falta de tiempo.
Pero en cuanto puedo ya estoy en la cocina con las manos en la masa.
Sacar panes, bollos, brioches, bizcochos, pastas, galletas, molletas, barritas..... del horno, recién horneados y el olor que queda en casa no tiene precio. Supongo que en eso consisten precisamente la afición.
Preparación: 30 minutos más 2,5 horas de levado y 20 minutos de horneado
Ingredientes: (salen unas 24-26)
400 g harina todo uso
100 g harina de fuerza
100 g mantequilla pomada
250 ml de leche entera
60 g azúcar
1 huevo
15 g levadura fresca
1/2 cucharadita de sal
1 cucharadita extracto de vainilla
ralladura de 1 naranja (opcional)

  • Mezcla y amasa todos los ingredientes excepto la mantequilla.
  • Cuando estén bien integrados añade la mantequilla y sigue amando hasta obtener una masa lisa y suave. En este paso si lo estás haciendo a mano, aviso importante: parecerá que la masa se ha vuelto una pasta ultra pegajosa imposible de manejar, la tentación de añadir más harina es grande pero no lo hagas. Sigue amasando te garantizo que la masa termina absorbiendo la mantequilla y se volverá sedosa y fácil de manejar. Si lo haces a máquina simplemente dale su tiempo.
  • Deja en un bol tapado hasta que doble su volumen.
  • Espolvorea un poco de harina sobre la mesa y extiende la masa con ayuda de un rodillo en forma de rectángulo, con un centímetro de grosor.
  • Corta en dos piezas a lo largo y de cada uno ve cortando triángulos.
  • Enróllalas en forma de cruasán, para ello estira ligeramente la parte más ancha y ve haciendo que gire sobre la parte estrecha hasta llegar a la punta.
  • Colócalos sobre la placa de horno con papel.
  • Calienta el horno a 180 grados.
  • Deja levar de nuevo una media hora tapados con un paño de cocina.
  • Pincela con una yema huevo y 1 cucharada de leche con una pizca de sal bien batidos y hornea durante 20 minutos.
  • Cuando los saques no me hago responsable de que te los comas calientes 😁, pero si eres capaz, deja que reposen al menos hasta que estén tibios.
  • Los puedes espolvorear con azúcar o untar en caliente con almíbar.
  • Una vez fríos se pueden congelar bien cerrados en una bolsa de congelación.

Nota: como es bollería casera no tienen una larga conservación, tampoco es que les haga falta porque duran poco en casa, pero los que vayas a consumir al día siguiente les puedes volver a dejar como recién hechos si los pones en el microondas durante 5 o 10 segundos, la mantequilla que llevan se volverá a reblandecer y quedarán super tiernos.
También los puedes poner directamente en la tostadora y rellenar con mermelada, jamón y queso o lo que más te apetezca. 
Nota II: si te apetecen para rellenarlos con jamón y queso no añadas la cáscara de naranja, el sabor de este cítrico en mi opinión va genial en dulce pero para salado modifica el sabor del embutido, aunque tampoco estorba en exceso.

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