Cubitos de caldo de verduras

 

Cuando llega el frío, el viento, la lluvia y los catarros nada mejor que tener una madre al lado para que te prepare una buena taza de caldo o de sopa y entrar en calor y recuperar bienestar en el cuerpo. Pero las madres no siempre están disponibles o las tenemos un poco lejos, así que hay que buscar soluciones.
Como no vas a ponerte a preparar un caldo cuando llegas a casa después de trabajar vete a saber cuantas horas y además te apetece la sopa ahora y no dentro de 120 minutos, tener en el congelador unos cubitos de caldo pueden ser de lo más socorrido.
Es cierto que para tenerlos en el congelador primero hay que haberlos preparado, lo sé, pero cualquier fin de semana puedes dedicar un rato y luego disfrutar de un buen caldo durante varios meses.
Y si estás pensando que los puedes comprar hechos, pues... si pero la verdad no hay ni punto de comparación, estos saben a verdura de la buena.
En casa ya no podemos estar sin ellos.
¿Te animas a prepararlos?
Preparación: 1 hora y 15 minutos aproximadamente
Ingredientes:
2 cebollas
2 zanahorias
1/2 calabacín pequeño
1 puerro
6 o 7 judías verdes 
2 nabos
un ramillete de perejil 
2 cucharadas de aceite de oliva
sal fina

 
  • Pela las zanahorias, los nabos y las cebollas, quita la primera capa del puerro y lava a conciencia para retirar la tierra que pueda tener.
  • Pica todas las verduras en trozos pequeñitos. Cuanto más pequeño más rápido se cocinan y antes pierden el agua que tienen.
  • Pesa tus verduras una vez cortadas y prepara un tercio (1/3) de su peso en sal.
  • En una sartén grande echa el aceite y todas las verduras picadas.

  • Ve cocinando y removiendo a fuego medio durante unos 10 minutos hasta que estén ligeramente hechas.
  • Ahora es el momento de añadir la sal fina.
  • En cuanto remuevas la sal en la sartén, las verduras empezarán a soltar un montón de líquido.
  • Deberás ir removiendo de vez en cuando para que la verdura termine de cocinarse y se evapore todo el jugo que han soltado.

  • Tritura con la batidora hasta que quede hecho un puré.
  • Deja cocinar un poco más mientras remueves, para terminar de evaporar algo más del líquido que pueda tener. Ten cuidado que en este paso se te puede quemar o pegar a la sartén. No pasa nada porque quede algo blando, los cubos los cortaremos una vez congelados.
  • Coloca un papel de horno en una bandeja de unos 20 cm de largo aproximadamente y echa todo el puré que tienes en la sartén.


  • Deja enfriar y luego lleva al congelador, hasta el día siguiente.
  • Una vez congelado, saca de la bandeja y corta en cuadrados a tu gusto.
  • Colocalos en un tuper y bien tapados de nuevo al congelador hasta que los necesites. No estarán muy duros, tienen consistencia como de gominola. No tardes mucho en cortar y guardar porque se descongelan muy rápido. A mi me han salido unos 40 cuadradillos. 
  • Ahora solo tienes que usar cuando te apetezca, para una sopa, para un guiso, para hacer un bol de ramen, para un caldo, simplemente añade una buena cantidad de agua caliente  un poco de pasta y los tropezones que te apetezcan, un poco de pollo asado que te haya sobrado, un huevo cocido y picado, un poco de pescado, unos trozos de tofu salteado.... eso ya es cosa tuya. Pero recuerda que el propio cubo de caldo ya tiene sal, no añadas más sal al agua.

Las verduras son variables en función de lo que te guste y tengas disponible.
Puedes añadir apio si te gusta, yo no pongo porque es de las pocas cosas que no soporto en la cocina. Lo que no debes poner es patata o boniato, no congela bien y da una textura harinosa, pero la calabaza, setas variadas pueden ser una buena opción.

Comentarios

Entradas populares